No vale encogerse de hombros con las cosas de comer

Estamos en una legislatura de vértigo. Ante cada propuesta que lleve el Gobierno de Pedro Sánchez al Congreso de los Diputados, el esfuerzo de aunar los apoyos necesarios para su aprobación será un practica constante. En una reciente votación de tres decretos ley, se hizo evidente que un sector de congresistas y senadores estuvieron más atentos a sus intereses personales o de grupo político que a las necesidades de la mayoría de los ciudadanos. Y ese modus operandi no ha hecho más que comenzar.

La estrecha mayoría del Gobierno progresista, que consiguió armar Pedro Sánchez, ha recibido un varapalo, tan solo comenzar.  Y, además, la creación de un grupo parlamentario propio por parte de Podemos, marcando todas las distancias posibles de Sumar, marcará un duro caminar. Porque la fractura en dos de la izquierda a la izquierda del PSOE (Sumar y Podemos), ya aparece como un riesgo consumado de primer orden. Por si fuera poco, el papel que está desempeñando Junts Per Catalunya en su lucha por protagonizar el regreso de Puigdemont, insistirá en poner en nuevos a prietos al Gobierno para exhibirlos en Catalunya donde aguardan en breve nuevas elecciones autonómicas.

Recientemente, en una sesión celebrada en el Senado, por estar el Congreso en obras, se pusieron a votación tres decretos-ley vitales por muchos conceptos. Porque sus efectos iban a recaer directamente en los bolsillos, el empleo, la cesta de la compra, el bienestar de las personas con menor poder adquisitivo o en situaciones muy delicadas, pero algunos grupos parlamentarios miraron para otro lado. Se encogieron de hombros, ignorando la ansiedad de pensionistas, parados, consumidores y de todos aquellos a quienes hubieran beneficiado esas propuestas. PP y Vox, por su parte, se negaron a dar su voto favorable.

Esa sesión de infarto, que revolvió muchos estómagos, podría repetirse, pero con otras tonalidades ya que VOX está perdiendo fuelle por sus luchas internas que debilitan el liderazgo de su actual líder, Santiago Abascal. En todo caso, no debería repetirse la tensión y el asombro que sufrieron millones de ciudadanos afectados por esos recortes, al ver que se evaporaba la posibilidad de equilibrar un ápice su precario poder adquisitivo. Porque, a muchos de los que suelen ir en coche al trabajo, el transporte gratuito o subvencionado, que también sufrió un duro varapalo, tampoco les importa un bledo. Y el que tiene un sueldo sabroso puede considerar que la subida de 40 euros al mes para un jubilado, no tiene importancia. Pero, su despreocupación les hace culpables. Y su insolidaridad se agrava porque habiendo sido elegidos con los votos de los ciudadanos ignoran el bien común. Es evidente que esta legislatura será un camino de Espinas, también para las cosas de comer.

Cualquier consulta o comentario sobre esta actividad debe realizarse mediante correo a: 

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.