ASTURIAS
El Arte Asturiano, el Jurásico, la comarca de la sidra y la cuenca minera
OVIEDO
Historia: A la espera de un estudio en profundidad, todo parece indicar que el fragmento de la muralla embebido en los muros del Monasterio de San Pelayo corresponde a la primitiva muralla prerrománica construida por el rey Alfonso II de Asturias a comienzos del siglo IX.
Edad Media
La ciudad de Oviedo fue fundada en 761, según el relato que se hace de la misma en el Pacto monástico de San Vicente, fechado en 781 y conservado en copia del siglo XII en el Archivo del Monasterio de San Pelayo, sobre una colina situada en el cruce de caminos que unían, de norte a sur, León con Lucus Asturum, la actual Lugo de Llanera, pasando por el puerto de Pajares, y el que se dirigía al oeste en dirección a Galicia. La colina, en ese momento desierta, llamada Ovetao u Oveto, fue ocupada por los monjes Máximo y Fromestano donde construyeron un monasterio que dedicaron a San Vicente. Posteriormente, en fecha imprecisa y probablemente para confirmar la posesión de la colina por los monjes de San Vicente, el rey Fruela I visitó el lugar y decidió erigir una basílica dedicada a San Salvador y otras dependencias, en las que nacería su hijo, el futuro Alfonso II el Casto.
Aunque históricamente se ha considerado que la fundación de la ciudad se remonta al siglo VIII, se ha venido especulando desde mediados del siglo XX con la posibilidad de la existencia de algún poblamiento del lugar durante el periodo romano, deduciéndolo fundamentalmente a partir de una lectura crítica del antedicho Pacto Monástico de San Vicente. Esta suposición ha ido cobrando cada vez más fuerza con recientes descubrimientos arqueológicos obtenidos durante las obras de ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias en 2008, cuya datación ha sido fijada en el siglo IV.
Alfonso II el Casto trasladó la capital del reino de Asturias a Oviedo en momento indeterminado, pero antes de 812, fecha del Testamento de Alfonso II, que se guarda en el Archivo de la Catedral de Oviedo, y donde ya cita a la ciudad como lugar donde reside. La convirtió en sede episcopal, la fortificó y dotó de palacios, iglesias y otras estructuras. La muralla que protegía la ciudad, de la que hoy apenas quedan partes visibles en varios emplazamientos, delimitaba una figura circular adaptada a la colina, ocupando un área de 11 ha que cobijaba a unas 6.000 personas distribuidas en tres barrios relativamente diferenciados: La Villa, que agrupaba los edificios más antiguos religiosos y civiles; Cimadevilla, mercantil y vinculada a las peregrinaciones; y Socastiello.
Durante su reinado, en 812, se descubrió en Compostela una tumba que se supuso del apóstol Santiago. Alfonso II partió de Oviedo para visitar la tumba, con lo que se convirtió en el primer monarca peregrino en ir a Santiago de Compostela, inaugurando el primer camino de peregrinos. Esto puede leerse en un documento de Alfonso II fechado el 4 de septiembre del año 829, donde se concede a la iglesia de Santiago de Compostela el espacio comprendido en un radio de tres millas en torno a dicha iglesia —que fue construida para venerar y proteger las sagradas reliquias— y donde asimismo se cuenta como este rey se enteró del hallazgo y como acudió con los “maiores” de su palacio; aunque hoy en día se sabe que es falso, se supone que debe de basarse en otro verdadero de Alfonso II que ya no se conserva.
De hecho también en época de Alfonso II, se trajeron a la capilla del Salvador varias reliquias, entre ellas un paño que cubrió el rostro de Jesucristo en la tumba antes de la resurrección. Y tanta importancia tuvo en la cristiandad, que había un dicho muy popular aplicado a los peregrinos de Santiago: "Quién va a Santiago y no a San Salvador, honra al siervo y descuida al Señor". Sobre la antigua capilla está erigida la Catedral de Oviedo que recibe el nombre de "San Salvador" y que aún custodia todas aquellas reliquias de la época de Alfonso II además de las que con el tiempo fue adquiriendo.
En el siglo X, el avance de la Reconquista conllevó el traslado de la capital a León, haciendo perder a la ciudad parte de su importancia. Sin embargo, gracias a su contacto con la corte de Carlomagno, comenzó a fluir desde el reino de éste un río de peregrinos que entraban por los Pirineos y por el norte iban hasta Oviedo y desde ahí hacia Santiago, con lo cual el camino norte es la ruta más antigua de los peregrinos a Santiago de Compostela. Si los primeros peregrinos usaban esta vía se debe a que más al sur el camino no era seguro en esa época porque se trataba de un territorio en que eran frecuentes las incursiones musulmanas.
En el año 1075 fue a visitar Oviedo en calidad de peregrino el rey de León y de Castilla, Alfonso VI. Abrió solemnemente el Arca Santa en la iglesia de San Salvador, que contenía muchas y muy buenas reliquias que habían estado escondidas en la Ermita de Santiago (situada a 10 km de distancia), a raíz de la conquista musulmana. A partir de este hecho, Oviedo y sus reliquias fueron internacionalmente famosas
El rey Juan I, en 1388, fundó el Principado de Asturias, título inaugurado por el infante don Enrique, hijo de aquél, y que desde entonces corresponderá a los sucesores a la Corona; Oviedo se convirtió entonces en la capital del Principado. Al tiempo surgía la Junta General del Principado de Asturias, institución de derecho público que como Junta de Concejos funcionó con carácter permanente desde mediados del siglo XV hasta 1834, año en que se dio paso a las Diputaciones Provinciales.
Edad Moderna
Durante la Edad Moderna hubo una inmovilización económica debida a un cierto aislamiento y a la decaída de las peregrinaciones por el camino del norte. En 1521 un incendio devastó la ciudad, lo que posteriormente permitió regular el trazado de las calles: se pasó de un trazado principalmente radial a uno ortogonal. Como parte de un plan para recuperar económicamente la ciudad, se potenció el comercio desecando la charca del Fontán, que se convirtió en el primer centro comercial a extramuros, aunque su urbanización no se completó hasta el siglo XVIII. A finales del mismo, la ciudad empezó a experimentar una vida cultural bastante intensa, destacando la figura de Feijoo. Se creó la Sociedad Económica de Amigos del País que llegó a ser un grupo con un cierto prestigio cultural e influencia política. Otras fuentes de dinamismo fueron el traslado de la Fábrica de Armas desde el País Vasco y la apertura de la universidad.
Siglo XIX en adelante
En octubre de 1807 se produjo la invasión napoleónica de España. Al llegar a Asturias las noticias de los sucesos acaecidos en Madrid el 2 de mayo de 1808, y tras el levantamiento de la población, la Junta General del Principado de Asturias se reunió el 9 de mayo para tomar las primeras medidas que asegurasen la defensa de la provincia, en franca rebeldía ante las órdenes emanadas del Gobierno Central en manos ya de los franceses. Las noticias se fueron sucediendo, sobre todo las abdicaciones de Bayona, por lo que finalmente el 24 de mayo, y con gran apoyo popular, y tras la expulsión de los miembros contrarios, la Junta se declaró soberana, convirtiéndose en la Junta Suprema de Gobierno del Principado de Asturias, y declaró la guerra a Francia.
Económicamente en este siglo hubo un despegue económico en Asturias, que se reflejó en la capital a partir de 1850, cuando se maquinizó la Fábrica de Armas (que ocupaba a mil obreros), lo que ayudó a que se instalaran fundiciones metalúrgicas como La Amistad y Bertrand, la Fábrica de gas y una tabacalera. Sin embargo, la tarea de Oviedo en el desarrollo capitalista de la región fue la de centro organizador. Su privilegiada localización entre las cuencas hulleras y los puertos fue apoyada por su fuerte capacidad de inversión (antes de 1897 se habían abierto cuatro bancos), capacidad que fue incrementada con el retorno de capitales cubanos tras la Guerra Hispano-Estadounidense en 1898.
El sector terciario de la ciudad empezó a ser significativo a comienzos del siglo XX, cuando se frenó el impulso industrializador, y creció rápidamente; en 1930 había operativas 874 licencias comerciales, de las que una de cada tres estaba en la calle de Uría. En parte se debió a la mejora de las comunicaciones, que permitió ampliar el área económica de la burguesía ovetense. El tráfico del sistema ferroviario se incrementó sobremanera: hasta 42 trenes llegaban diariamente en 1924 a las tres estaciones con las que la ciudad contaba entonces. Al mismo tiempo, la red de carreteras también se expandió, creándose líneas regulares de viajeros y mercancías; en 1926 operaban en la ciudad doce compañías de autobuses, aunque hasta 1956 no existieron autobuses urbanos.
Durante la revolución de 1934 se libraron diez días de intensos combates dentro de la ciudad que la dejaron asolada en buena parte: resultan dañados en mayor o menor medida, entre otros edificios, el de la Universidad, cuya biblioteca guardaba fondos bibliográficos de extraordinario valor que no se pudieron recuperar, el Teatro Campoamor y muchas casas particulares, especialmente de la zona de la calle de Uría. La Cámara Santa en la Catedral, por su parte, fue dinamitada. Aún sin haber concluido completamente la reconstrucción de las zonas afectadas, la ciudad se encontró con la sublevación del Ejército en 1936 que dio lugar a la Guerra Civil.
PERSONAJES NACIDOS O RELACIONADOS CON OVIEDO
Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro, (Pazo de Casdemiro, Pereiro de Aguiar, provincia de Orense 8 de octubre de 1676 – Oviedo, 26 de septiembre de 1764) fue un ensayista y polígrafo español. constituye la figura más destacada de la primera Ilustración española.
Nació en el seno de una familia hidalga del muy antiguo linaje de Feijoo, en el pazo de Casdemiro. Cursó sus estudios primarios en el Real Colegio de San Esteban de Rivas de Sil. En 1688, a los catorce años, ingresó en la Orden Benedictina en el monasterio de San Julián de Samos, cuando era su abad fray Anselmo de la Peña, quien sería después general de su congregación en España y Arzobispo de Otranto (Reino de Nápoles). Esto le supuso renunciar a sus derechos como mayorazgo de su casa. Desde entonces se consagró al estudio, llegando a ser nombrado "maestro general" en su orden, y dio clases en distintos lugares de Galicia, de León y de Salamanca, en cuya Universidad estudió también.
Ganó por oposición una cátedra de Teología en la Universidad de Oviedo y allí residió desde 1709 hasta el fin de sus días, consagrado al estudio, a la enseñanza, a la composición y defensa de sus obras (que levantaron gran polvareda en cuanto a detractores y seguidores desde que en 1726 salió el primer tomo de su Teatro Crítico) y a sostener un caudaloso epistolario, bien con otros eruditos y científicos de su propia orden, como fray Martín Sarmiento, o con sabios y escritores de toda España, Europa y América. Sus obras principales, el Teatro crítico universal y las Cartas eruditas y curiosas, fueron probablemente las obras más impresas y leídas en la España del siglo XVIII, de suerte que bien pudo desechar todo argumento de autoridad y proclamar con orgullo:
«Yo, ciudadano libre de la República de las Letras, ni esclavo de Aristóteles ni aliado de sus enemigos, escucharé siempre con preferencia a toda autoridad privada lo que me dictaren la experiencia y la razón».
Se considera a Feijoo el introductor del género ensayístico en la literatura española, así como uno de los más famosos miembros de la que es considerada la Primera Ilustración Española (desde 1737 hasta poco después de la muerte de Fernando VI), tras una primera etapa de pre-ilustración representada por los novatores: un grupo constituido fundamentalmente por médicos y cuyas obras se reimprimieron sin pausa a lo largo de todo el siglo XVIII.
José Canga Argüelles, (Oviedo, 17 de julio de 1770 - 2 de diciembre de 1843), fue un político. En 1804 pasó a ser contador del Ejército, durante la guerra de la Independencia participó en la Junta Superior de Valencia, más tarde fue diputado en Cádiz, ministro de Hacienda de la Regencia y elaboró su Memoria sobre el crédito público (1811). Confinado en Peñíscola (Castellón) por Fernando VII, escribió sus Elementos de la ciencia de Hacienda, obra tributaria cumbre del siglo XIX.
Con la instauración del Trienio Liberal (1820-1823), volvió a ser ministro de Hacienda hasta 1821, cuando publicó la célebre Memoria sobre el estado de la Hacienda Pública. Exiliado en Londres, publicó su Diccionario de Hacienda (1826-1827), y en 1829, ya en España, editó el Suplemento a dicho Diccionario. Finalmente fue archivero en Simancas.
José María Queipo de Llano, (Oviedo 26 de noviembre de 1786 – 16 de septiembre de 1843), VII Conde de Toreno, fue un político e historiador español y Presidente del Consejo de Ministros de España.
Cursó sus estudios de Humanidades y Ciencias en Cuenca, Salamanca y Madrid. En 1803 regresó a Asturias donde formó parte como vocal de la junta revolucionaria durante la Guerra de la Independencia, para ser posteriormente miembro de las Cortes de Cádiz que aprobaron la Constitución española de 1812. Fue uno de sus grandes impulsores y el principal defensor de un texto constitucional no muy diferente del francés de 1791. Era un auténtico revolucionario que quería limitar el poder del Rey fomentando la división de poderes.
En 1814 Toreno se exilia en Londres al llegar Fernando VII otra vez al poder. Allí se entera de que Fernando VII le había condenado a muerte y confiscado sus bienes por rebelde. Desde Londres se traslada a París, donde se va transformando en un liberal moderado que quiere encajar la monarquía dentro de un marco constitucional. También vivió en Lisboa y Berlín. Tras el alzamiento de su cuñado, Rafael del Riego, el 1 de enero de 1820 en Cabezas de San Juan, se le devuelve lo perdido y pasa a ser Diputado y Presidente de las Cortes.
Tras la amnistía general por la muerte del rey, y a su regreso a España es nombrado Ministro de Hacienda en el gobierno de Francisco Martínez de la Rosa en 1834, donde no consiguió llevar a cabo reformas que permitieran la modificación del sistema financiero y la superación de la crisis económica derivada de la guerra carlista. Tras el paso de Mendizábal, ocupó la Presidencia del Gobierno el 7 de junio de 1835 durante apenas tres meses en la convulsa situación de la regencia de María Cristina con los levantamientos liberales en toda España. Regresó a París en 1840 donde falleció en 1843.
Como historiador cabe destacar su Historia del levantamiento, guerra y revolución de España sobre la Guerra de la Independencia que él vivió en primera persona.
Fermín Canella Secades, (Oviedo, 7 de julio de 1849 - Oviedo 22 de marzo de 1924), escritor, catedrático y cronista asturiano. Nace en Oviedo en cuya universidad estudia Derecho (civil y canónico) y Filosofía y Letras. Una vez finalizada la carrera se doctora en Derecho en 1871 por la misma universidad.
En 1866 queda vinculado a la universidad de Oviedo como profesor auxiliar hasta que obtiene tras una oposición la cátedra de Ampliación del Derecho civil y Códigos en 1876.
En 1906, tras treinta años como catedrático es nombrado rector de la Universidad ocupando el puesto de Félix Aramburu y Zuloaga.
En 1914 es nombrado senador del distrito universitario por lo que debe renunciar al rectorado.
Junto con su labor de periodista ejerció de abogado pero su principal campo de trabajo fue el estudio de las costumbres e historias de Asturias. Así de esta forma recapitula numerosas costumbres, folclore o cultura popular de los pueblos asturianos así como la historia de Oviedo o la Universidad. Esta labor de historiador tiene su punto más álgido con la creación junto con su amigo Octavio Bellmunt de «Asturias» (1895-1900) que se subtitulaba «Su historia y monumentos - Bellezas, recuerdos y costumbres - El Bable - Asturianos ilustres - Agricultura e industria - Estadística». Este libro es una obra cumbre de la historia de Asturias pues en sus tres volúmenes y sus más de mil trescientas hojas refleja gran parte de la historia de la región. Esta magna obra tuvo la colaboración en menor medida de diferentes escritores.
Leopoldo García-Alas y Ureña «Clarín», (Zamora, 25 de abril de 1852–Oviedo, 13 de junio de 1901).Nació en Zamora a donde se había trasladado con su familia desde Oviedo, al ser nombrado su padre, Genaro García Alas, gobernador de la ciudad. Leopoldo fue el tercer hijo del matrimonio.
En la casa se hablaba continuamente de Asturias y su madre, Leocadia, con cierta nostalgia, contaba relatos de aquella tierra de sus antepasados.
En el verano de 1859 toda la familia regresó a Asturias. Leopoldo descubrió con sus propios ojos la geografía asturiana de la que tanto había oído hablar a su madre. Durante los años siguientes Leopoldo se encuentra en libertad por las tierras de Guimarán, propiedad de su padre, donde aprenderá directamente de la Naturaleza y de los libros que encuentra en la vieja biblioteca familiar, donde entra en contacto por primera vez con dos autores que serán sus maestros: Cervantes y Fray Luis de León.
El 4 de octubre de 1863, a la edad de once años, Leopoldo ingresa en la Universidad de Oviedo en lo que se llamaban «estudios preparatorios», matriculándose en las asignaturas de Latín, Aritmética y Doctrina Cristiana. El curso lo terminó con la nota de sobresaliente y con la adquisición de un buen amigo: Armando Palacio Valdés,
Su director de “El Solfeo” (periódico local en el que trabajó Leopoldo) quiso que sus colaboradores tomaran como seudónimo el nombre de un instrumento musical y así fue como Leopoldo eligió el clarín que a partir de ahí sería el alias con que firmaría todos sus artículos.
El día 2 de octubre de 1875, el escritor firmó por primera vez como Clarín, inaugurando el espacio con el verso que el lector puede ver a continuación. De esta forma Leopoldo Alas entró en la vida literaria de la época y desde su columna empezó a lanzar duras críticas llenas de ironía contra la clase política de la Restauración.
Voy a inaugurar en verso
mis revistas de Madrid,
con un modesto romance
que tenga su retintín;
y voy a decir a ustedes
lo que les quiero decir,
mediante Dios, y mediante
el gobernador civil.
Clarín empieza a gozar de popularidad al mismo tiempo que le llegan abundantes disgustos y bastantes enemigos. Cada nuevo artículo se convierte en un nuevo escándalo, criticado o alabado en las tertulias de la Cervecería Inglesa o del Ateneo de la calle de Arenal. Clarín sigue adelante en su estilo asegurando que «el crítico que dice la verdad no medra» y que el poeta aunque sea malo «llega de redondilla en redondilla a jefe de negociado».
Pero hubo un obstáculo grave para el éxito definitivo: Queipo de Llano, el conde de Toreno, era por entonces ministro de Instrucción Pública y gozaba de un derecho de elección final del candidato. El conde de Toreno había sido blanco de las terribles sátiras de Clarín en El Solfeo, cosa que nunca olvidó y desposeyó a Clarín de la cátedra ganada, en beneficio del número dos de la terna de opositores, el señor Mantecón. Leopoldo Alas escribió una carta abierta de protesta al ministro y años después recordaría con amargura estos sucesos escribiendo:
Yo aprendí de ellos (Salmerón y Giner) a respetar convicciones, y el mayor ultraje que me hizo, tal vez sin saberlo, el conde de Toreno, al negarme una cátedra que era mía, fue la implícita sospecha de que fuese yo un libre pensador..
Casi todos los biógrafos de Clarín vienen a estar de acuerdo en este punto: su caciquismo literario, algo tiránico. Desde su retiro de Oviedo llega a hacerse temer y respetar en Madrid y se da a conocer en Europa y en América. Fue un provinciano universal, aunque su ciudad, Oviedo, nunca comprendió su universalidad
Su obra cumbre: La Regenta (1884–1885)
Obra de gran extensión, ostenta cierta declarada semejanza con Madame Bovary, de Flaubert, y Ana Karenina, de Tolstói, influencia a la que habría que añadir la del naturalismo y la del krausismo (corriente filosófica que pretendía la regeneración cultural y moral de España).
La Regenta se destaca por su gran riqueza de personajes y planos secundarios, así como el uso de la técnica del fluir de los recuerdos, mientras que el retrato de la protagonista queda delicadamente desenfocado y vago. Por otra parte, aquí la caída de la señora provinciana tiene lugar entre dos cortejadores muy diversos: el más seductor galán de la ciudad, que acaba triunfando, y un canónigo de la catedral. El retrato de este canónigo es pieza clave del libro.
Para la descripción del ambiente provinciano y del entramado de la vida colectiva —lo más naturalista de la novela— Clarín utiliza técnicas como el monólogo interiorizado (el monólogo interior nace más tarde, con Joyce y Dostoyevski) y el estilo indirecto libre, que hacen que la historia sea narrada por los personajes a través de sus pensamientos y que permiten penetrar en sus interioridades. Gracias a estas técnicas y un minucioso estudio del personaje en el medio (es decir la sociedad en la que vive) los personajes adquieren una cierta profundidad psicológica.
Ramón Pérez de Ayala, (Oviedo, 9 de agosto de 1880 – Madrid, 5 de agosto 1962). Estudió derecho en Oviedo bajo la protección de Leopoldo Alas, «Clarín». Allí entró en contacto con los pensadores del krausismo, entre ellos Rafael Altamira, Posada y otros. Dispuso de la excelente biblioteca del marqués de Valero de Urría. Por entonces se deja melenas y viste con chaleco y monóculo como un dandi y exhibe una personalidad volteriana y liberal. Le atrae tanto el regeneracionismo de sus mentores como el decadentismo estético de la Europa de preguerra. Aborrece el conservadurismo burgués de la ciudad de Oviedo, que en su obra aparece bajo el nombre de «Pilares».
El ovetense Pedro González Blanco le puso en contacto con los modernistas de Madrid: Jacinto Benavente, Francisco Villaespesa, Mariano Miguel de Val, Gregorio Martínez Sierra, Juan Ramón Jiménez, Ramón María del Valle-Inclán y José Martínez Ruiz, «Azorín».
Comparte ideas radicales con su amigo Azorín, al que sirvió de «negro», como López Pinillos, cuando este se sumió en una crisis depresiva. Viajó por Francia, Italia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos y fue corresponsal de guerra durante la del 14 para La Prensa de Buenos Aires. De su visita a los campos de batalla surgió su obra Hermann encadenado (1917). En 1927 obtiene el Premio Nacional de Literatura. En 1928 es elegido miembro de la Real Academia Española.
En 1931, con José Ortega y Gasset y Gregorio Marañón, firma el manifiesto «Al servicio de la República», manifiesto antimonárquico que tuvo extraordinaria influencia sobre la opinión pública y valió a los tres el apelativo de «padres espirituales de la República». El Gobierno de la República le nombró director del Museo del Prado y en 1932, Embajador en Londres.
El estilo de Ramón Pérez de Ayala se caracteriza por la ironía y el uso de un lenguaje muy refinado, donde abundan las alusiones, las citas encubiertas y la intertextualidad, por la abundancia de cultismos y helenismos y por el uso ocasional de las técnicas degradantes del esperpento. El perspectivismo y el contrapunto son técnicas que a veces utiliza, dividiendo incluso la página en dos columnas para contrastar puntos de vista. En su primera etapa reproduce de forma casi naturalista los sonidos.
Dolores Medio Estrada, (Oviedo, 1911-1996), Estudió Magisterio, ejerciendo como maestra en Nava, Asturias, hasta que en 1945, gana el Premio Concha Espina de la revista Domingo con Nina, que no se publica hasta 1988, y entonces se traslada a Madrid para colaborar, bajo el seudónimo de Amaranta con ese semanario, y allí se matricula en la Escuela de Periodismo.
En 1952 obtiene el Premio Nadal con Nosotros, los Rivero. En 1963 comienza su trilogía Los que vamos a pie con Bibiana, en el que se relatan los hechos (autobiográficos, como gran parte de su obra) relativos a la manifestación en apoyo a los mineros que la llevó a prisión, experiencia a su vez relatada en Celda común; y obtiene el Premio Sésamo.
La otra circunstancia continúa la trilogía en 1972. En 1982 publica El urogallo, cuento escrito entre 1936 y 1939 que no se publicó antes por problemas con la censura.
Otras novelas de Dolores Medio son Funcionario público 1956, El pez sigue flotando 1959, Diario de una maestra 1961, Farsa de verano 1974 y El fabuloso imperio de Juan sin Tierra 1981.
Es una de las máximas representantes de la literatura social en España, así como de la estética social realista, siendo muy aclamada durante la década de los 50, hasta bien entrados los 60, momento en el que la literatura social perdió protagonismo.
GIJÓN
Prehistoria y romanización
Los primeros testimonios de presencia del hombre en lo que hoy conocemos como concejo de Gijón se sitúan en el Monte Deva, donde existen una serie de túmulos (primitivos enterramientos) y en el Monte Areo, donde existe un conjunto dolménico neolítico considerado como el más importante del norte de España.
En 1990, unas prospecciones arqueológicas permitieron sacar a la luz 30 dólmenes, repartidos en dos sectores diferentes: Los Llanos y Les Huelgues de San Pablo, que según los están agrupados en un "cierto orden monumental". Sucesivas campañas arqueológicas han permitido el estudio de un túmulo en el área de San Pablo y otros dos en la zona de El Llano. De tipología diferenciada, dos de ellos presentan cámaras de planta rectangular y otro, trapezoidal con un pequeño corredor precediéndolo. Este último es un caso interesante, ya que no es frecuente encontrar dólmenes de corredor en el área del Cantábrico. Este conjunto dolménico está datado del 5000 a. C.
El primer poblado del que se tiene noticia (Noega) se encuentra en la Campa Torres, con origen en los siglos VI y V a. C., poblado por astures de la gens de los cilúrnigos y posteriormente romanizado. Sin embargo Noega fue progresivamente abandonada como consecuencia de la fundación de la fortificación romana en la península de Cimadevilla, llamada Gegionem.
Esta fortificación, sin duda la más importante de la Asturias romana, debió de ser un importante puerto de la ruta marítima del cantábrico, además de servir de enlace con la meseta a través de la vía que, partiendo de Gegionem, recorría el centro de Asturias por Lucus Asturum y que posteriormente enlazaba, en Asturica Augusta, con la Vía de la Plata. De esta etapa histórica nos quedan los restos de las termas romanas del campo Valdés (siglo I a II d. C.), la muralla romana (siglo III a IV) y la fábrica de salazones, entre otros hallazgos arqueológicos.
Termas Romanas: Situadas en Campo Valdés, son una construcción de carácter público datadas entre los siglos I y II. En el siglo II se inicia una reforma y ampliación de las mismas como demuestran zócalos, mosaicos o pinturas murales. Se pueden visitar.
Fábrica de Salazón: Fábrica de salazones datada entre los siglos III y IV que indica la existencia de una estructura comercial de manufacturado de pescado. Tras las excavaciones y su estudio, se volvió a cubrir dejando una muestra en la Torre del reloj.
El Garum: Gijón fue conocido, entre otras actividades, por su factoría de salazones, en donde probablemente se hacía garum, la salsa culinaria romana que elaboraban con vino, pescado y sal de las salinas próximas.
Muralla de defensa: La obra más importante de los romanos está datada entre los siglos III y IV. La muralla tenía unos 850 metros de recorrido y albergaban en su interior el poblado romano existente. La muralla contenía además torres de defensa y vigilancia semicirculares
Además la romanización debió de ser intensa en todo el concejo, como atestiguan las villas romanas de Veranes y Murias de Beloño.
Edad Media y Moderna
Vista del puerto de Xixón de Pedro Texeira, 1634
Hay una época muy oscura que va desde el fin del control romano hasta la llegada de los musulmanes. Aunque las invasiones bárbaras no dejaron apenas huella, parece ser que el territorio fue sometido al poder visigodo por el rey Sisebuto en el siglo VII. De este momento podrían proceder las primeras manifestaciones del culto cristiano, uno de cuyos lugares fue la villa romana de Veranes.
Gijón fue capital de los dominios transcantábricos musulmanes bajo mando del bereber Munuza, quien fijó aquí su residencia y puso destacamentos de tropas. También situó asentamientos militares en algún otro punto clave, pues un alto número de tropas habían cruzado el estrecho. El resto de la región, en cambio, gozó de mayor autonomía. La dominación duró aproximadamente desde el año 713 hasta el 718 o 722. En este último año se produjo la victoria de los dirigentes asturianos en la batalla de Covadonga, iniciada en el 718 y liderada por Pelayo, quien se convertirá en rey del reino de Asturias.
Gijón entra entonces en un nuevo periodo de total oscurecimiento, siendo mencionado de manera muy escueta en textos de la época. Llegó incluso a decirse que estaba desierto. Las siguientes noticias destacables tuvieron lugar en 1270 cuando Alfonso X le concede la categoría de puebla, apareciendo dicha documentación en la iglesia de San Vicente de Oviedo.
El siglo XIV estará marcado por una lucha dinástica con la muerte de Alfonso XI, alcanzando en esta época la cúspide del poder de la nobleza. Es la guerra entre Pedro I El Cruel descendiente legítimo y el bastardo Enrique de Trastámara. En los años siguientes serán otra vez centro de luchas entre el conde Alfonso Enríquez y Enrique III, siendo la villa de Gijón cercada, incendiada y arrasada, desapareciendo como centro urbano.
Será en los siglos XV y XVI cuando empezó a desarrollarse de nuevo, pero esto estará unido a su puerto, es cuando se construye una dársena que traerá un gran desarrollo en él tráfico de pesca y en el comercio de subsistencia.
En los siglos XVII y XVIII, es cuando Gijón empieza a tener un gran desarrollo que hará que su principal núcleo expanda fuera de su casco antiguo. Fue debido a un real decreto que habilitó el puerto de Gijón para el comercio con las colonias americanas.
El siglo XVIII, traerá un freno al desarrollo de Gijón, debido a las guerras, invasiones francesas y al desbarajuste económico de la época, esto trajo un retroceso que no cambiaría hasta las últimas décadas del siglo donde empieza a haber una mejoría en sus infraestructuras como fueron, la carretera Oviedo-Gijón. Su puerto es el mejor de toda Asturias y esto hará que pequeñas fabricas empiecen a instalarse en la villa desarrollándose ya una incipiente actividad industrial.
Edad Contemporánea
El siglo XIX, traerá un gran desarrollo, unido a diversos factores como la explotación del carbón, la carretera Gijón-León y más tarde el ferrocarril Langreo-Gijón. Todo esto hizo que el puerto de Gijón tuviera que desarrollarse de una forma rápida, pues la intensidad del tráfico desbordaba el puerto. Se construyó un nuevo puerto en 1893 que sería el primer puerto carbonero de la Península. Esto hace de Gijón una villa industrial, con una burguesía y un desarrollo urbano, abriéndose nuevas calles y plazas. Esto trajo un gran equipamiento de infraestructuras y equipamientos municipales como la traída de aguas, recogida de basuras, alumbrado a gas y luego eléctrico, etc. Todo este desarrollo industrial dejó en la ciudad una gran cantidad de mano de obra y un desarrollo urbanístico rápido. Creándose barriadas obreras alrededor como fueron el Natahoyo, La Calzada, Tremañes, El Humedal.
Elogio del Horizonte: Es el nombre de una escultura de hormigón situada en la ciudad de Gijón (España), obra del escultor Eduardo Chillida. Se trata de una obra de grandes proporciones erigida en el año 1990, la cual representa un hito en la carrera de su creador.
A partir de un pequeño diseño de Chillida comienza la ejecución de la obra, que arranca con una maqueta en porespan de tamaño natural. Después se realiza el complejo proceso del encofrado del hormigón y, tras su secado, se procede al desencofrado. Una vez desmantelado de su caparazón, el Elogio se somete a una lenta y laboriosa limpieza, que culminará con la obtención de su color definitivo, en el que la mar y el tiempo dejarán su huella.
Eduardo Chillida Juantegui: Es el escultor vasco más destacado del siglo XX, continuador de la tradición de Julio González y Pablo Picasso. Nació en 1924 en San Sebastián, era el tercer hijo de Pedro Chillida y su mujer, la soprano Carmen Juantegui. Fue portero de fútbol en la Real Sociedad, pero a causa de una lesión tuvo que dejarlo. A los diecinueve años inició los estudios de Arquitectura en la Universidad de Madrid, estudios que abandonará para dedicarse a la escultura. Su actividad comienza en torno a 1948, cuando se traslada a París. Allí entabla amistad con Pablo Palazuelo. Sus primeras esculturas son obras figurativas, torsos humanos tallados en yeso como Forma, Pensadora, Maternidad, Torso o Concreción. En todas ellas, el punto de partida es la escultura griega arcaica, pero se aprecia ya su preocupación por la forma interior además de tener un marcado sentido monumental. Los juegos de volúmenes y los valores de la masa lo acercan al lenguaje de Henry Moore. Empezó a modelar obras figurativas, pero poco a poco tendió hacia formas más abstractas. En 1949 realizó Metamorfosis, obra que ya puede ser considerada abstracta. En 1950 regresa a San Sebastián, se casa con Pilar Belzunce y se instalan en Villaines-sous-Bois, un pueblecito francés. Cuando nace el primero de sus hijos regresa definitivamente a San Sebastián y comienza a trabajar en Hernani en una fragua. En Hernani, el hierro introduce un cambio fundamental en su trayectoria. Emprende entonces un ciclo de esculturas no imitativas, yendo en aumento su preocupación por la introducción de espacios abiertos.
Recurre al viento y al agua, intentando que todos formen parte de la escultura. Para las puertas de Aránzazu busca chatarras y desechos industriales que puedan servirle. No pretende hacer unas puertas donde se coloquen esculturas, sino que ellas mismas sean las esculturas.
Falleció en 2002
Personajes nacidos en Gijón
Gaspar Melchor de Jovellanos, (Gijón, 1744 - Puerto de Vega, 1811), escritor, jurista y político ilustrado.
Jovellanos cultivó varios géneros literarios (como poesía y teatro) pero sus escritos principales fueron ensayos de economía, política, agricultura, filosofía y costumbres, desde el espíritu reformador del Despotismo ilustrado. Entre ellas destacan el Informe sobre la ley agraria, que escribió en una primera versión en 1784 pero que no envió hasta 1787 a la Sociedad Económica Matritense, que la remitió al Consejo de Castilla y que se publicó en 1795. En ella Jovellanos se muestra partidario de eliminar los obstáculos a la libre iniciativa, que dividía en tres clases: políticos, morales y físicos. Entre ellos estaban los baldíos, la Mesta, la fiscalidad, la falta de conocimientos útiles de los propietarios y labradores, las malas comunicaciones y la falta de regadíos, canales y puertos. Para corregir esta situación Jovellanos propone que los baldíos y montes comunales pasen a la propiedad privada, disolver la Mesta, cercar las fincas, y que los arrendamientos estén basados en el pacto libre entre los colonos y los propietarios, además de la limitación de los mayorazgos y la supresión de la amortización eclesiástica o de la eliminación de las trabas sobre los agricultores, además de la reforma de los impuestos. A esto habría que añadir la reforma de la enseñanza, para hacerla más práctica, dándole más importancia a las materias científicas, y la inversión del Estado en obras públicas. Estas medidas crearían las condiciones para la constitución de un mercado de tierras, un aumento de la producción y la creación de un mercado nacional unificado que posibilitarían que aumentara la población y su nivel de vida, lo que serviría de base para el inicio de la industrialización.
Evaristo Sanmiguel, (Gijón, 26 de octubre de 1785 - Madrid, 29 de mayo de 1862) fue un noble, militar, político e historiador.
Estudiante de Humanidades en la Universidad de Oviedo, se integró en las unidades de voluntarios con el estallido de la Guerra de la Independencia integrándose en el Batallón de Voluntarios del Estado en Madrid en 1807. Huyó de la capital al iniciarse la guerra dirigiéndose a Asturias donde ingresó en el Batallón Covadonga integrado en el Regimiento Infiesto. Sus acciones militares en la zona serán decisivas en el intento de liberación de Santander. Se mostró como hombre fuerte, leal y, en ocasiones, duro con el enemigo. Sin embargo en las acciones para la aproximación a la capital cántabra, los franceses desbarataron las columnas españolas, siendo hecho prisionero y trasladado a Francia. Allí tomó contacto con muchos de los militares liberales que serían decisivos en el devenir de la historia de España años más tarde.
Tras su liberación en 1814 con la firma de la paz, participó en los movimientos opuestos al Manifiesto de los Persas que legitimó la restauración absolutista de Fernando VII, por lo que fue arrestado cuando formaba parte del Regimiento Asturias que se aprestaba a viajar a América en defensa de las colonias. No obstante, llevado a la isla de León, las circunstancias permiten su liberación y es nombrado Segundo Jefe de Estado Mayor, siendo uno de los primeros hombres que se une el 1 de enero de 1820 al alzamiento de Rafael de Riego, dirigiéndose con él desde San Fernando hacia la capital de España. En este momento es ascendido a Coronel. Aunque es discutido, parece haber sido el autor de la letra del Himno de Riego. . .
Al finalizar la Guerra Carlista fue nombrado Capitán General provisional de Aragón y apoyó de forma explícita los movimientos revolucionarios de 1836 que desencadenó el motín de la Granja de San Ildefonso para el restablecimiento de la Constitución gaditana de 1812 en perjuicio del Estatuto Real de 1834.
Fue también académico de honor desde 1836 de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis.
Rosario de Acuña, (Madrid 1851/Gijón 1923) fue escritora y figura decisiva en los albores del movimiento feminista
Rosario de Acuña es una escritora en cuyos trabajos se advierte un militante y vanguardista pensamiento feminista, sorprendente dada la época y, por tanto, polémico, que, junto con sus convicciones republicanas y su apasionada defensa de la libertad y el humanismo, le iban a ocasionar graves contratiempos a lo largo de su vida.
Muy pronto se despierta en ella la vocación literaria y empieza a escribir versos. Su primera colaboración aparece en 1874, en una revista popular y de gran difusión, La Ilustración Española y Americana. En febrero de 1876 se estrena en el Teatro del Circo de Madrid su primera obra de teatro, Rienzi el tribuno, que obtiene un éxito clamoroso y la da a conocer al gran público. Esta pieza, que era una llamada a la libertad en un momento poco propicio para ello, llama mucho la atención y merece el interés de la prensa de la época y el elogio de críticos tan acerados como Clarín.
Que Rosario de Acuña fue una mujer adelantada a su época lo demuestra su intervención en el Ateneo de Madrid, cuyas tribunas nunca habían estado abiertas a las féminas. En la primavera de 1884 protagoniza una velada poética que también fue controvertida.
También hay un progresivo acercamiento suyo a los sectores sociales y culturales que apoyan los republicanos y más afines al libre pensamiento que, en aquel tiempo, defendía la separación de la Iglesia y el Estado.
La polémica que rodea a Rosario de Acuña la alimenta ahora (1886) su iniciación en una logia de adopción masónica, la Constante Alona de Alicante, con el nombre simbólico de Hipatia, que nunca abandonará pues en la firma de escritos suyos va a aparecer solo o junto a su verdadero nombre.
En 1891 estrena en el teatro madrileño de La Alhambra otro de sus grandes dramas, «El padre Juan», pieza en tres actos que la convierte en una mujer de teatro tal como se entiende en la actualidad, pues se encarga de la producción, los escenarios y el vestuario, alquila el teatro, dirige la obra, y es la autora del texto y de la puesta en escena. Se trata de un obra anticlerical que, aunque levanta ampollas en la sociedad conservadora, obtiene un rotundo éxito de público. Pero a pesar de haber superado la censura previa y contar con el permiso pertinente, el gobernador de Madrid la prohíbe. La suspensión casi la lleva a la ruina.
En 1909 comienza la construcción de su solitaria y humilde casa en La Providencia (Gijón), sobre un acantilado, donde vivirá hasta su fallecimiento En la decisión de fijar su residencia en la villa de Jovellanos son decisivos los ruegos en tal sentido de los directivos del Ateneo-Casino Obrero de Gijón.
Fallece en su casa de La Providencia el 5 de mayo de 1923, siendo enterrada en el cementerio civil de Gijón. La manifestación de duelo fue extraordinaria.
Dijeron de ella:
Ella ha abordado todos los géneros de la literatura, la tragedia, el drama histórico, la poesía lírica, el cuento, la novela corta, el episodio, la biografía, el pequeño poema, el artículo filosófico, político y social, y la propaganda revolucionaria.
Benito Pérez Galdós
Dichosa usted, señora, que puede brillar entre los hombres por su talento, y entre las mujeres buenas por su bondad. Natural es, por consiguiente, que merecer el afecto de usted, alegre y envanezca a su respetuoso y apasionado amigo y servidor
Manuel Tamayo y Baus
Melquíades Álvarez, (Gijón, 1864 - Madrid, 1936), fue un político y jurista español que en sus inicios se adscribió al republicanismo de Nicolás Salmerón, para fundar en 1912 el Partido Reformista, en el que militaron miembros de la intelectualidad española del momento, como Benito Pérez Galdós, Manuel Azaña, José Ortega y Gasset y Manuel García Morente.
Fue asesinado al comienzo de la Guerra Civil tras haber sido encarcelado, en la Cárcel Modelo, de Madrid, pocos días después del inicio de la guerra.
Excelente orador, le llamaban "El Tribuno" y el "Pico de Oro". En 1912 fundó el Partido Reformista, de inspiración republicana pero dispuesto a gobernar en una monarquía democrática, pues consideraba que, en democracia, la cuestión de la forma de gobierno -monarquía o república- era accidental.
En 1917 participó en el movimiento auspiciado por republicanos y socialistas, cuyo fin era convocar Cortes Constituyentes. Fracasado el movimiento, Melquíades Álvarez fue moderando su discurso y se aproximó al Partido Liberal de la monarquía, lo que le permitió acceder en 1923 a la presidencia del Congreso de los Diputados. En este puesto, trató de convencer a Alfonso XIII para que retornara al parlamentarismo liberal, tras el golpe de Estado de Primo de Rivera. A lo largo de la dictadura de Primo participó en varias conspiraciones dirigidas a derribar al dictador.
Durante la Segunda República, su partido, para entonces llamado Partido Republicano Liberal Demócrata, y ya muy minoritario, se encontró situado en el centro-derecha del espectro político. Elegido diputado por Madrid (por la Candidatura de Apoyo a la República, en los escaños de las minorías)2 y Valencia (en la Conjunción Republicano-Socialista, en los escaños de las mayorías)2 en las elecciones constituyentes de 1931 (celebrado un sorteo, se le adscribió a la circunscripción valenciana) y reelegido por Asturias en 1933 (en listas conjuntas con la CEDA). También fue decano del Colegio de Abogados de Madrid.
Intervino en el debate de la Constitución de 1931 para defender que ésta no fuera "el reflejo de un partido político -que siempre sería mezquino y deleznable-, sino, sencillamente, el reflejo de un criterio más amplio, mirando al porvenir y a la evolución total de la vida" recordando que ese tipo de Constituciones, como la Constitución de 1876, "han disfrutado de una vida precaria porque no reflejaban el criterio de la vida nacional, sino el criterio del partido vencedor".
Santiago Carrillo, (Gijón, 1915 - Madrid, 2012). fue una de las figuras claves en el comunismo español desde la Segunda República Española hasta el final de la Transición. Fue secretario general del Partido Comunista de España (PCE) desde 1960 hasta 1982. Combatió en la Guerra Civil Española y fue una figura relevante de la oposición al franquismo y de la Transición Española.
Estudió en el Grupo Escolar Cervantes (ubicado en su barrio, Cuatro Caminos) dependiente de la Institución Libre de Enseñanza.
Torcuato Fernández-Miranda, (Gijón, 1915 - Londres, 1980), político que tuvo un papel crucial durante la Transición. Profesor de Derecho Político de Juan Carlos I y considerado por algunos como el estratega del proceso de Transición en España. Duque de Fernández-Miranda, fue Presidente del Gobierno de forma interina durante finales de 1973, tras la muerte de Carrero Blanco.
Leyenda de la fundación de Gijón por un biznieto de Túbal
Leyenda que informa sobre los orígenes míticos de Gijón. Se relaciona con la supuesta visita de navegantes púnicos a las costas asturianas, en busca de minerales, especialmente estaño.
Esta leyenda apareció escrita en un manuscrito encontrado en los cimientos del antiguo arco de la gijonesa Puerta de la Villa. El texto tenía la firma de Gregorio Menéndez Valdés Cornellana y su única fuente es un viejo memorial sobre los viajes de Hércules.
El legajo rezaba así:
"Fundola (villa de Gijón), Gixán, hermano de Gerión, rey de España, a quien mató Osiris, rey de Egipto.
Su hijo Hércules, en la propia Gixadio, dió muerte a su fundador.
Vivieron estos príncipes como quinientos años después del Diluvio.
En aquel tiempo ocupaban la Península Ibérica los descendientes de Túbal, hijo de Jafet y nieto de Noé, y los de Tarsis, hijo de Jabán, nieto de Jafet y biznieto a su vez de Noé.
La diáspora que trajo a estos personajes a España fue consecuencia de la construcción de la Torre de Babel en la que tomaron parte".
La unión entre los Tubalistas o Celtas y los Tarsianos o Iberos, sería el pueblo Celtíbero.
COSTA JURÁSICA DE ASTURIAS
El archivo natural de la edad jurásica en esta área se dispone en una buena serie de lonchas gigantescas que conforman lo que los geógrafos llaman formaciones estatigráficas. La era secundaria ocupa una parte sustancial en los materiales de estas capas. Las huellas de , saurópodos, terópodos y otros, tanto bípedos como cuadrúpedos, carnívoros o vegetarianos, son los datos más abundantes, con mediciones que oscilan desde el pie de una paloma hasta el de un elefante multiplicado por diez. Pero en esta parcela privilegiada del litoral peninsular se hallan también restos de tortugas, cocodrilos y reptiles marinos y voladores, peces, vegetales, troncos, pequeños organismos invertebrados, huellas de oleaje jurásico, marcas de arroyos de aquella época, e infinidad de otros rastros.
Se sabe que en el Jurásico Superior, Asturias presentó un clima extremadamente árido, y sus costas eran bajas, sin presencia de acantilados inicialmente. Hubo un tiempo en el que la distribución de mares y tierras era radicalmente distinta a la que hoy conocemos. Un único “megacontinente” se dividió en dos debido a la aparición del Océano Atlántico y el juego geológico de las placas tectónicas. Una gran parte de Asturias, durante el Jurásico Inferior, estuvo sumergida bajo las aguas. Una retirada posterior de éstas dejó el litoral convertido en una enorme marisma en la que quedaron inscritas los rastros menores y mayores de todos los organismos que sobrevivían en aquel ambiente. Los dinosaurios, en concreto, encontraron en este fango, sede a la vez de numerosos deltas fluviales, un lugar idóneo para de satisfacer sus patrones de supervivencia.
Las investigaciones están siendo llevadas a cabo por el equipo de investigación del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) constituido por los geólogos: José Carlos García Ramos (Director Científico de muja), Laura Piñuela y José Ignacio Ruiz-Omeñaca,
Existen distintos lugares privilegiados para el descubrimiento del jurásico asturiano, como la Playa de la Griega en Colunga, y decenas de puntos costeros de Villaviciosa y Ribadesella.
Las huellas proliferan por doquier. Además de las clásicas depresiones sobre las rocas, están también los “contramoldes”, muy abundantes. Se trata de huellas evidentes que se manifiestan hacia arriba, como relieves positivos, conservados en la base de la capa situada inmediatamente por encima de la que pisó el dinosaurio.
En su visita a este litoral irán advirtiendo la abundancia de muescas oscuras y diminutas ennegrecidas, puntos negros de la piel de la roca. Muchas, tienen un pasado, se trata fundamentalmente de escamas de peces jurásicos y fósiles de vegetales terrestres.
LA SIDRA
La sidra es una bebida alcohólica de baja graduación (desde menos del 3 % en vol. en el caso de la sidra doux francesa, hasta un máximo del 8 % en vol.) fabricada con el zumo fermentado de la manzana. La palabra “sidra” proviene del latín “sicera”, que a su vez proviene del hebreo “shekar”(hebreo primitivo), con el significado de bebida embriagadora. Lo propio sucede con la palabra francesa “cidre” y la inglesa “cider”. La excepción la marcan el vasco ("Sagardo") y en alemán ("Apfelwein") que al ser dos idiomas no románicos poseen sus propias palabras no derivadas del latín.
A pesar de que existen numerosas opiniones y teorías al respecto, la mayoría de los historiadores coinciden en que la sidra se originó en los años anteriores a Cristo. Parece ser que a las civilizaciones de Egipto y Bizancio y más tarde a las griegas, les gustaba beber algo similar a la sidra.
Entre los pueblos atlánticos era venerada por proceder de la manzana, como lo prueba el hecho de que en la mítica isla de Avalon (que en celta significa manzanal) era la bebida de los héroes, es decir de los semidioses.
Manzana en latín es mala (la palabra manzana viene de mala mattiana, una variedad de manzana que se hizo famosa por ser la fruta preferida del tratadista agrícola romano, Gaius Matius, en el siglo Iº a de J.C.), y de ahí viene el nombre de ácido málico, ya que esta fruta es la que contiene mayor cantidad de esta sustancia.
Elaboración:Existen varios procesos de elaboración dependiendo de las diferentes tradiciones regionales. En todo caso el primer paso siempre consiste en la recogida de la manzana en otoño.
Recolección: Se realizará en un estado de maduración tecnológica próximo al óptimo, evitando un almacenamiento prolongado en sacos, en particular, si las condiciones sanitarias e higiénicas de la materia prima no son las adecuadas y si la temperatura ambiente es alta; ello, permitirá recoger el fruto con un nivel de dureza elevado que limite los daños derivados de su manipulación durante la fase de recolección, transporte y almacenamiento.
Las manzanas pueden ser de muchas variedades pero clasificadas en tres tipos bien diferenciados por su sabor: dulces imprescindibles para transformar el azúcar en alcohol, ácidas para mantener el color natural del mosto y la limpieza de la misma y amargas o salvajes que aportan el tanino.
Después pasa a un proceso de maceración por el cual la pulpa generada se deja reposar dependiendo del elaborador más o menos tiempo
Molienda:
Uno de los métodos tradicionales consistía en machacar la manzana con grandes martillos de madera. Todavía al día de hoy en pueblos de Asturias y País Vasco, elaboradores artesanales de pequeñas producciones caseras utilizan este método.
Otro método tradicional es el uso de molinos con grandes y pesadas piedras en forma de rueda que se hacían rodar a través de un canal donde se iban depositando las manzanas con el fin de ser machacadas. Todavía se pueden encontrar estos molinos inhabilitados en su mayoría en el oeste Reino Unido y noroeste de Francia.
Prensado:
En el caso de la sidra natural se emplean prensas de cajón mecánicas o hidráulicas discontinuas que se caracterizan por utilizar un tiempo prolongado de prensado (2-4 días), durante el cual se llevan a cabo diversos “cortes” de la masa de prensado con el objeto de facilitar la extracción del mosto e incrementar el rendimiento. Los mecanismos utilizados actualmente son hidráulicos, neumáticos y de bandas.
Fermentación: Es una sucesión de transformaciones bioquímicas de los componentes del mosto de manzana y de los productos resultantes de estos, llevadas a cabo por levaduras, bacterias lácticas y bacterias acéticas.
La fermentación más relevante es la fermentación alcohólica transformándose el azúcar en alcohol.
Trasiego: Es una operación tecnológica que habitualmente se realiza al final del proceso fermentativo; tiene como objetivo separar las borras de fermentación de la sidra a fin de garantizar una adecuada estabilidad físico-química y microbiológica de ésta. Es imprescindible llevarla a cabo al abrigo del aire y preferiblemente en días fríos y con alta presión atmosférica.
Embotellado: Cuando la densidad sea inferior a 1.000,0, o bien esta permanezca constante en el tiempo con una estabilidad microbiológica suficiente y las cualidades aromático-gustativas y de turbidez del producto así lo aconsejen, se procederá al embotellado de la sidra.
EL ARTE ASTURIANO
El arte asturiano llamado también prerrománico asturiano es un estilo artístico que se localiza en la Península Ibérica adyacente al mar Cantábrico, libre de la ocupación musulmana, entre finales del siglo VIII y comienzos del X en que es absorbido por el arte románico venido de Francia.
Aunque es sucesor del estilo visigodo, no puede decirse que el asturiano sea heredero legítimo suyo, pues no conserva sino accidentalmente alguno de sus elementos principales como es el arco en herradura y si bien al principio debió ser una imitación paupérrima del mencionado arte, muy pronto se manifiesta con nuevos y originales elementos acaso importados de Oriente o de Lombardía que singularmente lo realzan y lo denuncian como precursor del románico.
Las características que identifican al arte asturiano son:
El deseo de rememorar las glorias del reino visigodo de Toledo, del que se consideraban herederos.
La íntima relación con el poder regio (se ha denominado también arte de la monarquía asturiana).
Predominio de la arquitectura, fundamentalmente abovedada, sobre las demás artes. Dentro de la arquitectura destacamos las siguientes notas:
El sillarejo, la mampostería y el ladrillo en los muros, reservando los sillares para las esquinas y los elementos de refuerzo.
El arco de medio punto, peraltado o no, y la bóveda de cañón, reforzada mediante arcos fajones o totalmente despejada.
El muro compuesto (arquerías ciegas en el interior y estribos o contrafuertes en el exterior).
La decoración interior con pinturas al fresco de temática diversa, habitual en el arte carolingio; baste recordar que Alfonso II el Casto (791-842) era contemporáneo de Carlomagno.
Las basas decoradas, los fustes sogueados y los capiteles enriquecidos, todo ello para realzar las columnas.
En los edificios religiosos y de manera predominante, la planta basilical de tres naves (separadas por arquerías sobre pilares) y cabecera tripartita, con ábsides de trazado rectangular, siendo el central el más amplio.
En la parte superior del ábside central, una cámara del tesoro abierta al exterior por una ventana sin comunicación interna (en el visigodo lo era desde el interior), y cuya función no se ha podido precisar, aunque podría ser un mero recurso plástico para mantener la armonía de los volúmenes exteriores del templo.
Sacristías laterales y pórtico a los pies del templo.
Prerramirense o alfonsí: Nos referimos aquí al periodo comprendido entre 791 y 842, reinado de Alfonso II, quien intentó emular a Toledo. Trasladó la capital desde Pravia a Oviedo. En las iglesias antiguas de Asturias se constituye por la adopción de planta basilical con tres naves por lo común con sus ábsides cuadrados y su ventana en cada uno. Se cubren éstos con bóveda de cañón y las naves con armadura de madera.
Este rey construye la Cámara Santa, único resto del recinto palatino que queda en la Catedral de Oviedo. Es un pequeño edificio de dos plantas, la segunda, el oratorio, reformada en época románica, cuando se añadió la bóveda de cañón, y la primera abovedada, destinada a guardar reliquias. También se construyó la cripta de Santa Leocadia.
También hizo construir cerca de la capital, la iglesia de San Julián de los Prados, o de Santullano, templo espacioso que presenta claramente definidos los caracteres propios de este estilo. Tiene planta basilical de tres naves, separadas por pilares cuadrados que sostienen arcos de medio punto, y presenta un transepto con un remarcado alzado. El iconostasio o iconostasis, que separa la parte reservada al clero del resto del templo, presenta una remarcable similitud con un arco triunfal.
Destaca de este templo su grandiosidad y su originalidad, que se apartan de modelos visigodos. Pero sin duda, lo que más atrae es su decoración pictórica, con pinturas al fresco (estucos, con más propiedad) en tres cuerpos superpuestos, anicónicas, con decoración arquitectónica, de claro influjo romano. Se trataría más bien de un templo monástico y no palatino, si bien que estaba reservada para el rey una tribuna en el transepto.
Pertenecen también a este periodo la iglesia de San Tirso y Santa María de Bendones.
Ramirense: Con Ramiro I (842-850) alcanza el arte asturiano su máxima expresión, a pesar de lo breve de su reinado, representando las construcciones del monte Naranco su mejor exponente. Adopta la planta cuadrada o de cruz griega, el ábside cuadrado, también con ventana, la bóveda de cañón para cubrir todas las naves y los arcos fajones o perpiaños para sostén o refuerzo de las bóvedas.
Empezando por la Iglesia de Santa María del Naranco, diremos que se considera como Salón del Trono o Aula Regia del rey Ramiro (aunque la ausencia de un ábside para ubicar el trono parece dificultar esta utilización), su residencia suburbana y como tal fue restaurada, a partir de su reutilización como iglesia rural.
La planta inferior es una sala cubierta con bóvedas, sin ventanas, diferenciada en tres ámbitos: el central para guardia y servidumbre, otro para capilla real privada, y otro con un aljibe; la superior, a la que se accede por unas escaleras de fábrica exteriores, es un gran salón rectangular con bóveda de cañón y arcos fajones o perpiaños, abierto en sus extremos por una triple arcada. La decoración es netamente nórdica o germánica, con arcos muy peraltados y molduras talladas imitando obras en madera u orfebrería.
San Miguel de Lillo era la iglesia palatina de Ramiro I, como lo atestigua su decoración escultórica, y en ella se conservaba un trozo de la Santa Cruz, la reliquia más sagrada del tesoro visigodo. Sus características principales son el abovedamiento, la esbeltez de los soportes y la tribuna destinada al monarca. Tenía tres naves, pero sólo se conservan el pórtico con dos cámaras y el primer tramo de las naves. Debemos destacar las jambas de sus puertas, que posiblemente incluyen una representación del propio monarca, cuya decoración anuncia el periodo románico.
Santa Cristina de Lena, de posible origen visigodo, reformada por Ramiro I. Su característica principal es su iconostasis, formado por tres arcos de piedra sobre cuatro columnas de mármol, con elementos visigodos, que separaba al presbiterio de la nave principal.
Las características de las construcciones que acabamos de enumerar han hecho que algunos autores hablen de prerrománico o protorrománico, y aunque, en efecto, sus formas y soluciones arquitectónicas parecen indicarlo así, lo cierto es que el auténtico románico hispano tuvo unas fuentes distintas.
Postramirense: Incluimos aquí el reinado de Alfonso III el Magno (866-910), que recibió influencias directas visigodas, debido al contacto con construcciones de ese período, al ser repoblada la península con el avance cristiano y el repliegue musulmán. Otros autores hablan de un estancamiento o aislamiento del arte astur.
San Salvador de Valdediós (siglo IX) es un templo de tres naves cubiertas con cañones axiales, cabecera triple, con cámaras abovedadas por encima de los ábsides cuadrados y pórtico lateral añadido posteriormente, lo que se convirtió en una constante en la arquitectura hispana; en las ventanas hay calados de piedra con dibujos como las cadenas de las coronas de Guarrazar. Está muy influida por el arte mozárabe.
La iglesia de Santo Adriano de Tuñón poseía una estructura de tres naves, separadas por pilares, pórtico tripartito y cámaras en los extremos de las naves laterales. Este templo es el que más se aparta de las tradiciones del arte astur clásico.
Pertenecen también a este periodo San Salvador de Priesca, Santiago de Gobiendes, San Pedro de Nora, la iglesia de Deva (siglo X), la iglesia de San Salvador de Fuentes (de principios del siglo XI) y otras obras de menor importancia.
LA MINERÍA ASTURIANA
Cuenca minera es el nombre con el que se conoce tradicionalmente al territorio histórico situado en la Cuenca Hullera Central del Asturias, en los valles centrales del Principado. Comprenden dicho espacio, en la Cuenca del Caudal, los municipios de Mieres, Lena, Aller, Santo Adriano, Morcín y Riosa y en la Cuenca del Nalón los de Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Caso y Sobrescobio.
La importancia histórica en materia económica, social y cultural de la Cuenca Hullera Central Asturiana ha hecho que este territorio sea conocido por este nombre en detrimento de otras cuencas mineras de Asturias.
Industrialización
A finales del siglo XVIII comienzan a conocerse las propiedades del carbón de hulla, estudiado por, entre otros, Gaspar Melchor de Jovellanos . La explotación sistemática no llegaría hasta el siglo XIX con diversas leyes estatales y políticas encaminadas a tal fin. A mediados de 1848 se pone en marcha el alto horno de la Asturian Mining Company en Ablaña (para dar paso más tarde a la Fábrica de Mieres) y unos años más tarde se funda la Fábrica de La Felguera , bajo las cuales se incrementó la explotación del carbón y la expansión de numerosas industrias secundarias, tales como químicas, metalúrgicas, máquinas, alimentarias, cerámicas, energéticas, etc.
Menor importancia tuvo la explotación de algunos yacimientos de hierro y mercurio. En 1856 se inaugura el Ferrocarril de Langreo que, posteriormente, unió la cuenca del Nalón con el puerto de Gijón. Poco después se construyeron más líneas ferroviarias uniendo también el Caudal con la costa y la meseta, y el Nalón con Oviedo, a la vez que se construían diferentes ferrocarriles mineros que atravesaban los valles cargando mineral.
A lo largo de todo el siglo XIX nacieron numerosas empresas mineras, muchas de ellas de capital extranjero. Durante la Primera Guerra Mundial fue muy significativo el incremento de las toneladas extraídas en estos dos valles, que significaba la mayor parte del carbón que se explotaba en toda España. La situación se sostuvo gracias a las políticas proteccionistas de Primo de Rivera, la Segunda República, el repunte gracias a la Segunda Guerra Mundial y la autarquía franquista , que la conformaron como la zona de mayor producción mineral de España.
En el siglo XX las explotaciones de montaña retroceden dejando paso a la profundización de pozos subterráneos, que han dejado la huella del "castillete" en el paisaje. Durante más de un siglo fueron miles las familias procedentes del resto de España las que se asentaron en las Cuencas Mineras asturianas, con especial relevancia las oleadas de inmigrantes llegados en los años 40 y 50, especialmente de Andalucía, Extremadura, Galicia...
El progreso industrial de la zona se materializó en otros muchos aspectos. El crecimiento de una ingente masa obrera, la creación de asociaciones políticas, sindicales, culturales (hubo un gran número de cines, teatros, tertulias, bibliotecas y ateneos obreros en las Cuencas), el crecimiento urbano especialmente relevante en lugares como Mieres, La Felguera, Sama o El Entrego, la proliferación de escuelas religiosas, empresariales y públicas, las escuelas de capataces y artes y oficios, las políticas paternalistas (uno de los paradigmas de poblado obrero, Bustiello ), etc. La lucha obrera fue significativa, desde tímidas huelgas en el XIX hasta las huelgas de comienzos del siglo XX (especialmente relevante La Huelgona de 1912), la relevancia en las Revolución de Octubre de 1934 o las Huelga de 1962 , la primera gran huelga contra el franquismo.
Las Cuencas
Esta comarca ha llegado a desarrollar una marcada cultura basada en la intensa actividad industrial, que se puede observar en la poesía, la canción, la literatura, etc. En ocasiones inspiradas en los accidentes mineros, el laborioso mundo obrero, el progreso industrial, el contraste con el mundo rural (que plasmó Armando Palacio Valdés en su Aldea Perdida) y la lucha por derechos, libertades y mejoras en las condiciones de vida. Muy conocida en Asturias y León es el himno minero de Santa Bárbara Bendita.
En el pozo María Luisa,
tranlaralará, tranlará.
murieron cuatro mineros.
Mirai, mirai Maruxina mirai,
mirai como vengo yo.
murieron cuatro mineros.
Mirai, mirai Maruxina mirai,
mirai como vengo yo.
Actualmente siguen contando con recursos industriales (Planta de Bayer, Central térmica de Lada, Central térmica de La Pereda, Química del Nalón, polígonos industriales...), empresariales (Ciudad Tecnológica de Valnalón), turísticos (Museo de la Siderurgia, Museo de la Minería, Ecomuseo y Tren Minero del Valle de Samuño, Centro de Interpretación del Pozo Espinos, Centro de Interpretación de Bustiello, etc.) naturales y deportivos (Parque Natural de Redes -reserva de la biosfera de la Unesco-, Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras, Fuentes de Invierno) artísticos (Prerrománico, Arte medieval, Patrimonio industrial y urbano) e intensa actividad cultural. Juntan unos 150.000 habitantes a pesar de la crisis demográfica que padece en gran parte del territorio.
EL IDIOMA ASTURIANO
El idioma asturiano o bable es el término glotónimo utilizado para referirse a la lengua tradicional del Principado de Asturias. Es el nombre que la lengua asturleonesa recibe en Asturias, y que incluye también a las hablas tradicionales de León y Zamora (leonés), y Miranda do Douro en Portugal, donde es oficial en virtud de la Ley n.º 7/99, de 29 de enero de 1999 de la República Portuguesa (mirandés). Existen tres variantes predominantes en el domino lingüístico asturleonés (occidental, central y oriental), aunque en el caso asturiano, por razones históricas y demográficas el estándar lingüístico está basado en la variante central de Asturias. El asturiano cuenta con una gramática, un diccionario de la lengua asturiana, el Diccionariu de la Llingua Asturiana, y unas normas ortográficas. Está regulado por la Academia de la Lengua Asturiana, y aunque no goza de carácter oficial en el Estatuto de Autonomía, una ley regula su uso en el Principado (Veamos un ejemplo)
Extracto de L'últimu home (Miguel Solís Santos)
Un españíu fizo tremer el fayéu. El nerbatu esnaló lloñe. L'esguil desapaeció nel nieru. Hebo otru españíu, y darréu otru. L'home, entós, mientres cayía coles manes abiertes, los güeyos nel infinitu y el so cuerpu remanando per tolos llaos abonda sangre, glayó una pallabra, una pallabra namás, que resonó y güei sigue resonando na viesca y en toa Asturies: «¡Llibertá!».
Traducción al castellano de 'El último hombre'
'Un estallido hizo temblar el hayedo. El mirlo voló lejos. La ardilla desapareció en el nido. Hubo otro estallido, y luego otro. El hombre, entonces, mientras caía con las manos abiertas, los ojos en el infinito y su cuerpo vertiendo por todas partes mucha sangre, gritó una palabra, sólo una palabra, que resonó y hoy sigue resonando en el bosque y en toda Asturias: «Libertad».
Playa de Torimbia. Un lugar de ensueño donde perderse.
Bufones de Llanes. Un sobrecogedor espectáculo natural.
La montaña asturiana. Un lugar para encontrarse.