Al igual que la naturaleza, los libros se transforman. Desde que el pensamiento y las palabras se empezaron a registrar hay libros. Su historia es una sucesión de formas distintas de presentar las palabras, continuamente mejoradas.
En la todavía, historia común, los textos figuran sobre papeles. Hay razones para pensar que esto continuará. Pero la técnica también se transforma y casi siempre de la manera más darwiniana: solo sobrevive lo último. En esas estamos. Algunos libros ya no se hacen en papel.
En el fondo, tampoco es tan importante como que haya lectores. Cuando falten se acabarán los libros. El papel no es la parte decisiva del problema.
Si tienen ocasión vean - o lean - Farenheit 451 y lo comentamos juntos
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