“El jardín de la ciudad es la remembranza de los campos; es el lazo que nos une a la naturaleza” (Winthuysen, 1928).
A estas alturas nadie duda del efecto benefactor que la naturaleza ejerce sobre nuestro bienestar. Los árboles son consumidores de CO2 y emisores de oxígeno, amortiguan ruidos y atemperan el clima.
Los jardines son lugares que proporcionan paz y tranquilidad, sosiego, belleza y bienestar. Madrid posee una superficie dedicada a parques y zonas verdes de más de 6.000 hectáreas y cada habitante puede disfrutar de unos 18 m2 de zona verde.
Pero, ¿siempre ha sido así? ¿Todos los ciudadanos han tenido siempre acceso a un jardín? La posibilidad de gozar de un aire limpio está muy relacionada con las ideologías e intereses imperantes en cada etapa del proceso de crecimiento de la ciudad.
Esta conferencia es un pequeño resumen de la historia de Madrid a través del acceso de sus habitantes a un parque público.
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